La noticia llegó en el peor momento
cuando querías volar, cuando querías lograr tus sueños.
Te queda poco tiempo, poco aliento, fueron las palabras
que acabaron con tus sueños.
Y en tu habitación ocultas esas lágrimas
de aquellos que te vieron siempre fuerte.
Y llegó el temor a lo desconocido
al proceso de partir eternamente.